Ante la posibilidad creciente de un fenómeno de La Niña este año, alertada por la Oficina Meteorológica de Australia, los agricultores argentinos y los analistas económicos se preparan para enfrentar posibles consecuencias adversas que podrían impactar significativamente en la economía del país y en el sector agrícola global.
La Oficina Meteorológica de Australia ha observado un enfriamiento de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico central desde diciembre de 2023, una señal que históricamente ha precedido la formación de La Niña, un fenómeno climático caracterizado por temperaturas más bajas de lo normal en esa región del océano. En el pasado, cuando se han cumplido los criterios de vigilancia de La Niña, un nuevo fenómeno se ha manifestado en el 50% de los casos.
"Estamos siguiendo de cerca los desarrollos en el Pacífico. Nuestros modelos sugieren que el sistema ENOS (El Niño Oscilación del Sur) probablemente permanecerá neutral hasta al menos julio de 2024, pero la tendencia hacia temperaturas más frías podría desencadenar La Niña más adelante en el año", indicó un portavoz de la Oficina Meteorológica de Australia.
La preocupación en Argentina surge debido a las repercusiones que un fenómeno de La Niña podría tener sobre sus exportaciones agrícolas. Tradicionalmente, La Niña provoca un clima más seco en el continente americano, lo cual podría resultar en sequías que afectarían directamente la producción agrícola. El año pasado, fenómenos climáticos similares le costaron al país más de 22.000 millones de dólares en exportaciones.
"Una nueva sequía sería devastadora no solo para la agricultura sino también para toda la economía del país", comentó un economista local. "Debemos prepararnos para la posibilidad de una temporada agrícola difícil y considerar medidas de mitigación."
A nivel mundial, La Niña también implica importantes desafíos y cambios en los patrones climáticos, con un clima más húmedo en el este de Australia y el sudeste asiático, lo que podría beneficiar a algunas regiones mientras perjudica a otras.
Meteorólogos de otras partes del mundo, incluyendo Japón y Estados Unidos, también han indicado la posibilidad de que La Niña se desarrolle este año, con probabilidades que varían entre un 60% y un 69% para los próximos meses.
Con la amenaza de La Niña en el horizonte, los sectores agrícolas de las regiones afectadas están en alerta máxima, buscando estrategias para proteger sus cultivos y economías de los impactos potenciales de otro año de condiciones climáticas adversas. Las próximas semanas serán cruciales para definir las medidas que podrían tomar gobiernos y organismos internacionales para enfrentar este desafío global.