En una cadena nacional, el presidente argentino Javier Milei anunció la implementación de 30 medidas a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) destinadas a desregular el Estado. Entre estas medidas se destacan la derogación de la Ley de Alquileres, la Ley de Góndolas y la Ley de Protección a la Industria Nacional. El presidente atribuyó los problemas del país a la "casta" política y a la "doctrina que considera que los políticos son Dios".
La reacción de la población no se hizo esperar, y tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el conurbano bonaerense se llevaron a cabo fuertes cacerolazos en protesta contra estas decisiones. Miles de ciudadanos se movilizaron espontáneamente frente al Congreso de la Nación expresando su rechazo al DNU firmado por el economista libertario.
Además de la manifestación en la capital, se registraron protestas en localidades como La Plata, Pilar, San Miguel, Avellaneda, Wilde, Sarandí, Quilmes, Florencio Varela, Berazategui, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Hurlingham, Ramos Mejía y Morón, entre otras. La Quinta Presidencial de Olivos también fue escenario de protestas.
En otras partes del país, ciudades como Rosario y Mar del Plata se sumaron a las protestas con cacerolazos y bocinazos. Estas manifestaciones surgieron después de que el presidente anunciara la derogación de más de 300 normativas, generando preocupación y descontento en diversos sectores de la sociedad.
Las redes sociales se llenaron de videos que mostraban la participación ciudadana en los cacerolazos, evidenciando la magnitud de la disconformidad popular. El rechazo a las medidas de desregulación económica de Milei se hizo sentir no solo en la capital, sino en todo el país, destacando la diversidad geográfica de la respuesta ciudadana.
La situación política en Argentina se encuentra tensa ante estas decisiones, y la reacción de la población sugiere que el debate sobre la dirección del país está lejos de resolverse pacíficamente.