PREOCUPACIÒN POR LA APROBACIÓN DE UN TRIGO TRANSGÉNICO EN ARGENTINA Y BRASIL

La reciente aprobación del trigo transgénico en Brasil y Argentina ha generado una serie de preocupaciones tanto entre los pequeños productores como en la sociedad civil. Los agricultores temen por la contaminación de sus cultivos y los posibles efectos negativos en el medio ambiente, mientras que los críticos resaltan la falta de debate y participación de los actores involucrados en la toma de decisiones.

En Brasil, la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad aprobó el trigo HB4 para cultivo, consumo y comercialización. Esta variedad de trigo transgénico, desarrollada por la empresa de biotecnología agropecuaria Bioceres, es resistente al estrés hídrico y se promociona como una solución para enfrentar la sequía y aumentar la productividad. Sin embargo, los pequeños productores expresan preocupación por la dependencia de herbicidas y la posible contaminación de sus cultivos.

En Argentina, donde el trigo transgénico ya había sido aprobado previamente para importación en forma de harina, también se han presentado iniciativas judiciales por parte de la sociedad civil para intentar frenar su avance. Se argumenta que no hubo un debate suficiente sobre los riesgos y las consecuencias de la tecnología, y se cuestiona la falta de transparencia en el proceso de aprobación.

Raquel Chan, bioquímica e investigadora del Conicet y creadora de la tecnología HB4, reconoce los buenos resultados obtenidos con el trigo transgénico, pero admite que no anticipó el rechazo social que generaría. Destaca la importancia de las tecnologías genéticas para abordar problemas contemporáneos como el hambre y la generación de riqueza, pero reconoce que la discusión con los grupos contrarios a los organismos genéticamente modificados (GMO, por sus siglas en inglés) es desgastante.

En tanto, varios países como Colombia, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Nigeria, Sudáfrica e Indonesia también han autorizado la importación del trigo transgénico. Esto refuerza la preocupación de los críticos, quienes argumentan que se está dando un sesgo en la documentación utilizada para la liberación de esta tecnología en Argentina.

La aprobación del trigo transgénico en Brasil y Argentina plantea interrogantes sobre el equilibrio entre la innovación científica, la seguridad alimentaria y el impacto ambiental. En un contexto donde la agricultura sostenible y la conservación de la biodiversidad son cada vez más valoradas, es fundamental fomentar un debate informado y participativo que tenga en cuenta las preocupaciones de todos los actores involucrados.