Esta semana se presenta como crucial para la ciudad de Santa Fe, con la definición pendiente de un nuevo aumento en la tarifa de colectivos, un tema de gran relevancia para miles de ciudadanos que dependen de este servicio para su movilidad diaria.
La discusión central gira en torno a la magnitud del aumento que el ejecutivo municipal, liderado por el intendente Juan Pablo Poletti, decidirá implementar. Esta decisión es vista como necesaria para garantizar la sustentabilidad del servicio de transporte, especialmente a la luz de los recientes incrementos en las tarifas en ciudades como Rosario y Córdoba.
Recientemente, empresarios del transporte han solicitado al municipio un aumento significativo, proponiendo un boleto a $734,74. Sin embargo, el intendente Poletti ha descartado esta opción, asegurando que no se considerará un boleto de colectivo a $700. En su lugar, se especula que la tarifa podría ajustarse siguiendo el ejemplo de otras ciudades, pasando de los actuales $220 a alrededor de $340.
Este aumento propuesto, aunque menor al solicitado por los empresarios, aún representa un salto significativo en el costo para los usuarios del servicio. La decisión del ejecutivo municipal es especialmente delicada en un contexto donde las paritarias y la situación económica general anticipan "momentos difíciles", según palabras del propio Poletti.
La comunidad de Santa Fe espera con interés y cierta preocupación la resolución de este tema, ya que el costo del transporte público afecta directamente a la economía doméstica de gran parte de la población. Además, el ajuste en la tarifa del transporte es un indicador de las tendencias económicas más amplias que afectan a la ciudad y a la región.
En los próximos días, se espera que el municipio anuncie su decisión final, que no solo determinará el costo del boleto de colectivo sino que también podría tener implicaciones más amplias en términos de política pública y aceptación social en la ciudad de Santa Fe.
