Un revelador estudio publicado en Nature Climate Change en 2022 ha captado la atención de expertos del IPCC y otros organismos medioambientales, revelando una intensificación alarmante de las tormentas invernales en el hemisferio sur, mucho antes de lo que los modelos climáticos proyectaban.
Dirigido por el Dr. Rei Chemke del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de Weizmann, el estudio, realizado junto con destacados científicos de la Universidad de Princeton y el MIT, desafía las proyecciones climáticas previas, que señalaban una intensificación de las tormentas solo hacia finales de este siglo. En un hallazgo impactante, Chemke y su equipo compararon las simulaciones de modelos climáticos con las observaciones actuales, descubriendo que la intensificación de las tormentas ya ha alcanzado los niveles proyectados para el año 2080.
Aunque cada tormenta invernal individualmente no tiene un gran impacto climático, su efecto acumulado en el tiempo es considerable. Estas tormentas afectan la transferencia de calor, humedad y momento en la atmósfera, lo que altera los patrones climáticos en diferentes regiones del planeta. Un ejemplo crucial de su impacto es su papel en la regulación de las temperaturas en los polos, donde las tormentas de invierno contribuyen al transporte de calor desde las regiones tropicales, evitando que las temperaturas medias en los polos bajen unos 30°C.
El estudio se centró especialmente en el hemisferio sur, donde la intensificación de las tormentas ha sido más pronunciada que en el hemisferio norte. Aunque los investigadores no analizaron el hemisferio norte, Chemke destacó que la intensificación allí es más lenta. Si esta tendencia persiste, el hemisferio sur podría enfrentar tormentas invernales aún más intensas en las próximas décadas, con graves consecuencias para las sociedades de la región.
Este descubrimiento subraya la urgencia de entender mejor los mecanismos detrás del cambio climático global, especialmente aquellos impulsados por la actividad humana, que podrían estar acelerando este fenómeno a un ritmo inesperado. Mientras las tormentas invernales se intensifican, la amenaza para las comunidades del hemisferio sur se vuelve cada vez más real.