GOBIERNO AVANZA SOBRE LA DESREGULACIÓN DEL MERCADO INMOBILIARIO: REACCIONES DE LAS CÁMARAS DEL SECTOR

En un esfuerzo por avanzar en la desburocratización del sector inmobiliario, el Gobierno está trabajando en una reforma que promete transformar el mercado de la intermediación. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, visitó recientemente la Casa Rosada para acelerar las negociaciones, mientras que un día antes, el presidente de la Nación se trasladó a las oficinas del Ministerio para continuar con las conversaciones sobre este proyecto.

Aunque aún no se ha fijado una fecha exacta para la publicación del decreto que implementará estas modificaciones, se estima que podría concretarse en los próximos 45 días. La reforma apunta a eliminar la obligatoriedad de la colegiación para poder ofrecer servicios inmobiliarios. De esta manera, se habilitaría la opción de acceder a nuevos agentes especializados en la actividad, que deberán pasar por una capacitación específica pero sin la obligación de pertenecer a un colegio profesional.

Esta medida no implica la desaparición de los colegios profesionales tradicionales. Según las fuentes oficiales, la idea es que estas nuevas modalidades convivan con las estructuras existentes, brindando opciones alternativas en el mercado inmobiliario. El enfoque del Gobierno es generar mayor competencia y reducir costos tanto para compradores como para vendedores. Esto se enmarca en un contexto en el que ya se han eliminado el ITI (Impuesto a la Transferencia de Inmuebles) para algunas operaciones y el Impuesto de Sellos en la compra de primera vivienda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sin embargo, el proyecto está siendo recibido con reservas dentro del sector inmobiliario. El debate se centra en el impacto de flexibilizar las normativas actuales y cómo este cambio podría afectar la seguridad jurídica y la calidad del servicio ofrecido a los consumidores. Mientras la tecnología y las plataformas digitales continúan ganando terreno, desafiando el modelo tradicional del mercado inmobiliario, la pregunta clave es cómo reaccionará el mercado ante una eventual apertura del sector.

El cambio propuesto refleja las nuevas dinámicas comerciales impulsadas por la tecnología y el comportamiento de los consumidores, que han favorecido a agentes independientes y plataformas digitales frente a las inmobiliarias tradicionales. En este sentido, la reforma se presenta como una respuesta a la transformación que está viviendo el sector, abriendo la puerta a una mayor competencia y un posible ajuste en las relaciones comerciales.

Esta reforma podría marcar el inicio de una nueva etapa en el mercado inmobiliario, en la que se busque equilibrar la innovación y la regulación, de manera que el sector se adapte a las nuevas necesidades de los consumidores sin perder la seguridad jurídica que ha caracterizado a la intermediación inmobiliaria en el país.