EL NIÑO, LA ESPERANZA DEL CAMPO PARA ALIVIAR LA SEQUÍA EN EL NORTE

La provincia de Santa Fe, en Argentina, ha estado luchando contra una devastadora sequía que ha afectado especialmente a su región norte durante tres años consecutivos. La situación es cada vez más crítica, ya que las reservas de agua se han agotado por completo, y las pasturas naturales no han logrado recuperarse debido a la falta de lluvias significativas.

Los ganaderos de la zona están experimentando pérdidas significativas, ya que sus animales se debilitan y mueren debido a la falta de agua y alimento. Jorge Mondino, un productor local, expresó su preocupación acerca de la situación actual: "El stock ganadero se ha reducido drásticamente. Las vacas están en un estado de debilidad extrema, lo que conlleva problemas en el parto o incluso la incapacidad de llegar a término. Con la llegada de las lluvias, podríamos ver una recuperación en la condición de la hacienda, pero el porcentaje de preñez será menor debido a las malas condiciones de las vacas. Se espera un impacto significativo no solo este año, sino también el próximo."

La esperanza de los productores se centra en la llegada del fenómeno climático conocido como El Niño, que comenzó a principios de septiembre. Este fenómeno podría traer consigo las tan necesarias lluvias que alivien la región en los próximos meses. Los agricultores confían en que estas lluvias permitirán el crecimiento de pasturas de verano, la recuperación de forraje y la posibilidad de establecer reservas adecuadas para el futuro.

En resumen, la provincia de Santa Fe se encuentra en una situación crítica debido a una prolongada sequía que ha afectado la disponibilidad de agua y alimento para el ganado. Los agricultores están esperando con ansias que El Niño traiga consigo las tan necesarias lluvias para aliviar esta crisis y permitir la recuperación de la región en los próximos meses. La supervivencia de la ganadería y la agricultura en esta zona depende en gran medida de las precipitaciones que El Niño pueda proporcionar.