
Economía
LLEGA LA NIÑA CON LA LLUVIA PERO ¿ALCANZA PARA RECUPERAR LA COSECHA?
26/03/2023 - 11:55

El último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), el servicio de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario, comienza con la frase “Las lluvias son el final del velatorio: ya enterramos la campaña 2022/23”, lo que refleja el ánimo de los actores agropecuarios frente a las precipitaciones que llegaron con el cambio de estación. A pesar de que se recibieron unos 50 mm promedio en la zona núcleo, las cosechadoras se encontraron con escenas deplorables tanto en soja como en maíz.
El cereal tardío se desplomó debido a las brutales condiciones ambientales anteriores a las tormentas, lo que resultó en la pérdida de al menos 90.000 hectáreas más. Aunque las lluvias importantes finalmente llegaron a la región núcleo después de 50 días, con registros que superaron los 100 mm y marcas casi nulas en el Norte de Buenos Aires, la situación sigue siendo difícil.
A pesar de que el cambio en el patrón de clima parece haber llegado a partir de la segunda quincena de marzo, los técnicos consultados por GEA afirman que “las lluvias son el final del velatorio: ya enterramos la campaña 2022/23”. Aunque se ha establecido un piso a las pérdidas, los resultados de la cosecha de maíz son especialmente decepcionantes, con sólo el 32% de lo que se esperaba y un cuarto de lo que fue el ciclo pasado.
La situación de la cosecha de soja y maíz en el centro norte santafesino es “irreversible”, según el Servicio de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Santa Fe y el Ministerio de Producción provincial. Los rendimientos que se registran son “muy bajos”, especialmente en 9 de Julio, General Obligado, Vera y norte de San Javier, donde los mínimos oscilaron entre 6 y 12 quintales por hectárea.
En el panorama agrícola nacional, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires señaló que las últimas lluvias “mejoran la condición hídrica del área sembrada de soja”. Sin embargo, el 39,5% de la superficie sembrada se encuentra entre pleno llenado y madurez fisiológica, por lo que dichas precipitaciones “no impactarán sobre los rendimientos”. Aunque los técnicos esperan que el cambio en el patrón de clima sea positivo, no pueden garantizar que llueva lo suficiente para compensar los requerimientos de los perfiles de suelo tras tres años Niña.

