MIRTHA LEGRAND Y JAVIER MILEI: ENFRENTADOS POR EL DESTINO DEL ICÓNICO CINE GAUMONT

En un emotivo segmento de "La noche de Mirtha", emitido por El Trece, Mirtha Legrand expresó su firme oposición al anunciado cierre del histórico cine Gaumont, una medida contemplada dentro del plan de estabilización económica y ajustes en el gasto público impulsado por el gobierno de Javier Milei. La icónica conductora y figura central de la televisión argentina, conocida cariñosamente como Chiquita, se mostró visiblemente conmovida ante la posibilidad de perder este emblemático espacio cultural ubicado en el corazón de Buenos Aires.

"¿Qué puedo costar mantener en cine Gaumont? Es terrible esto, fui hace poco ahí y está espléndido, en muy buenas condiciones, es una lástima", lamentó Legrand durante la transmisión, haciendo eco de la preocupación generalizada en el sector artístico y cinematográfico del país. Además, extendió su crítica a la situación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), instando a una depuración interna antes de considerar medidas tan drásticas como el cierre de instituciones.

La intervención de Mirtha Legrand no tardó en resonar en las esferas políticas y sociales, llegando hasta el mismo presidente Javier Milei, quien, lejos de permanecer ajeno a la polémica, participó activamente en el debate a través de la red social X (anteriormente conocida como Twitter). Milei compartió un mensaje del periodista y politólogo Julio Burdman, quien sugería a la conductora una alternativa creativa: adquirir el cine Gaumont y renombrarlo como Cine Gaumont-Legrand, dedicándolo exclusivamente a la proyección de películas argentinas.

“Qué gran gesto sería que Mirtha compre el Gaumont, que éste pase a llamarse Cine Gaumont-Legrand y que proyecte solo películas argentinas. Un hito que la enaltecería a ella, y que contribuiría a cambiar la mala imagen que tienen los argentinos de sus propios referentes culturales”, planteaba Burdman en su mensaje, rápidamente avalado por Milei.

La propuesta, lejos de ser un mero comentario en las redes, ha generado un intenso debate sobre el rol de las figuras públicas en la preservación del patrimonio cultural y la responsabilidad del Estado en el sostenimiento de espacios que contribuyen al enriquecimiento cultural y social de la comunidad.