PRÉSTAMO PERSONAL VS TARJETA DE CRÉDITO, QUÉ CONVIENE EN SITUACIÓN DE CRISIS

En un contexto económico desafiante como el que enfrenta Argentina, donde la inflación erosiona el poder adquisitivo de los salarios, muchas personas se ven obligadas a recurrir al financiamiento para cubrir sus necesidades básicas. Los informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Focus Market revelan que una gran proporción de hogares argentinos se endeudan para adquirir alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales.

Cuando se trata de endeudarse, es importante considerar las diferentes opciones disponibles y elegir el método que ofrezca la menor tasa de interés, buscando proteger la economía familiar a largo plazo. Dos formas comunes de financiamiento son los préstamos personales y el uso de tarjetas de crédito.

En el caso de las tarjetas de crédito, cada usuario dispone de un límite de compra que le permite gastar en diversas operaciones, pagando intereses únicamente por el monto utilizado. A medida que se devuelve el dinero, el límite disponible aumenta, siempre dentro de los límites establecidos por el banco en función de la solvencia del cliente. A diferencia de los préstamos, los créditos con tarjeta pueden renovarse o ampliarse una vez que se cumple el plazo establecido.

Existen diferentes formas de pago para los créditos con tarjeta. El pago total implica abonar la suma total del resumen mensual, incluyendo todas las cuotas e intereses correspondientes, así como los gastos administrativos del banco. El pago parcial permite pagar una cantidad menor al total, pero superior al mínimo requerido. En este caso, el saldo pendiente generará nuevos intereses en función del monto adeudado y del tiempo que tome cancelar esa deuda.

La opción del pago mínimo implica abonar únicamente una fracción del total adeudado cuando no se dispone del dinero suficiente para pagar el monto completo. Sin embargo, esta alternativa implica pagar intereses adicionales sobre la deuda pendiente, calculados en base al tiempo y al monto adeudado. Si no se alcanza a pagar al menos el mínimo, la tarjeta puede quedar bloqueada.

Por otro lado, los préstamos personales son una opción donde se obtiene una suma de dinero específica que se debe devolver en cuotas acordadas previamente, junto con los intereses correspondientes. A diferencia de las tarjetas de crédito, los préstamos personales no ofrecen la posibilidad de renovar o ampliar el plazo originalmente establecido.