AGOSTO FUE MÁS SECO DE LO PREVISTO, EN OCTUBRE LLEGARÍAN LAS PRIMERAS LLUVIAS DEL NIÑO

La persistente escasez de lluvias en la región se ha convertido en una constante durante más de tres años. Este patrón se reflejó nuevamente en la ciudad de Santa Fe, que experimentó un mes de agosto excepcionalmente seco, con condiciones meteorológicas que difieren significativamente de las esperadas para este período del año.

El Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM-Fich-UNL), cuyo pluviómetro está ubicado en Ciudad Universitaria, no registró ni siquiera medio milímetro de precipitación a lo largo de todo el mes. A pesar de la presencia de algunos eventos de lloviznas y garúa en dos días específicos (8 y 17 de agosto), estas pequeñas cantidades de agua no fueron suficientes para alterar los equipos de medición y apenas dejaron rastro en los registros.

Este fenómeno de sequedad en agosto ha sido una característica común en la ciudad de Santa Fe en los últimos años, y la ausencia de precipitaciones significativas en este mes específico es un reflejo de las condiciones climáticas cambiantes en la región. La falta de lluvias puede tener un impacto en diversos aspectos de la vida cotidiana, desde la agricultura hasta el suministro de agua potable, y puede contribuir a un aumento en la preocupación por la disponibilidad de recursos hídricos en el área.

A medida que la comunidad continúa enfrentando este patrón de sequía en la región, se hace evidente la importancia de la monitorización continua de las condiciones climáticas y el uso responsable de los recursos hídricos. Además, la concienciación sobre el cambio climático y la necesidad de adaptarse a las condiciones climáticas en evolución se convierten en temas cruciales para el futuro de la ciudad y la región en su conjunto.