
Economía
CRISIS EN LA EXPORTACIÓN DE CARNE ARGENTINA ¿PODRÍA BAJAR EL PRECIO LOCAL DE LA CARNE?
22/02/2025 - 09:32

Las ventas de carne vacuna al exterior arrancaron el 2025 con un panorama desalentador. Según el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), las exportaciones en enero cayeron un 25,4% en volumen respecto al mismo mes del año pasado, alcanzando 46.200 toneladas. Esta caída también se reflejó en los ingresos, que disminuyeron un 4,4%, totalizando u$s227,7 millones. A pesar de que el año 2024 fue complicado para el sector, este inicio de 2025 genera serias dudas sobre la rentabilidad y competitividad de la carne argentina en el mercado global.
El informe de ABC señala que esta caída se debe a una combinación de factores. Uno de los más significativos fue la baja demanda de China, históricamente el principal destino de las exportaciones de carne vacuna. Las razones son claras: la acumulación de stock tras las festividades del Año Nuevo Lunar y la desaceleración económica que enfrenta el gigante asiático. A esto se suman la caída de los precios internacionales y el aumento del costo del ganado en el mercado interno, lo que ha reducido los márgenes de los exportadores.
China sigue siendo el principal comprador A pesar de la caída general, China sigue siendo el principal destino de la carne argentina, absorbiendo el 65% del total exportado en enero de 2025. Sin embargo, los volúmenes enviados a ese país han mostrado un retroceso notable. La carne sin hueso enviada a China sumó 18.300 toneladas por un valor de u$s78,8 millones, mientras que la carne con hueso y subproductos derivados alcanzó 11.700 toneladas, generando ingresos por u$s21,2 millones. Lo más preocupante es que el precio medio de compra de la carne argentina cayó a u$s4.300 por tonelada, una cifra muy por debajo de los u$s5.900 por tonelada que se alcanzaron en mayo de 2022.
Otros mercados estratégicos también muestran caídas El impacto de la crisis en la industria cárnica no se limitó a China. Europa vio una caída del 29% interanual en sus importaciones de carne argentina, mientras que Chile experimentó una baja del 16,5% en comparación con diciembre de 2024, aunque se observó un leve repunte del 13% en relación con enero de 2024. Israel, otro mercado relevante, también mostró resultados negativos, a pesar de que los precios de la carne en ese país se mantienen relativamente altos: u$s8.000 por tonelada para la carne enfriada y u$s6.940 por tonelada para la carne congelada.
Faltan novillos y la rentabilidad sigue siendo un problema Uno de los problemas clave que enfrenta la cadena de exportación de carne vacuna en Argentina es la falta de novillos para exportar. Aunque el gobierno eliminó los derechos de exportación para los productos de vaca y redujo las retenciones en un 25% para diversas cadenas, el sector sigue teniendo dificultades para crecer. Esto se debe a la falta de rentabilidad, que es esencial para incrementar la oferta de carne.
La dependencia de unos pocos clientes internacionales también ha sido una debilidad que se ve amplificada por la fragilidad del mercado global. Además, podría ser un momento oportuno para analizar los costos ocultos dentro del ecosistema exportador, incluidas las políticas de derechos de exportación, que aún existen en el negocio.
¿Puede bajar el precio de la carne? Con este panorama, surge la pregunta: ¿es posible que baje el precio de la carne en el mercado interno? La situación global afecta la rentabilidad de los productores y, como consecuencia, también puede influir en el precio local. Sin embargo, los altos costos de producción, la disminución en el stock vacuno y la escasez de novillos para exportar limitan la capacidad del sector para ofrecer precios más bajos. La falta de oferta en el mercado interno podría contrarrestar la caída en la demanda externa, manteniendo altos los precios.
Para que la carne argentina se vuelva más competitiva y pueda reducir sus precios en el mercado interno, es necesario aumentar el rodeo vacuno. Esto solo se logrará si el gobierno y los productores logran estabilizar la oferta y mejorar las políticas que afectan al sector ganadero. De lo contrario, la caída en las exportaciones podría seguir afectando tanto a los productores como al consumidor local.

