CUIDADO AL CRUZAR LAS PIERNAS, LOS RIESGOS PARA LA SALUD QUE DEBES CONOCER

Cruzar las piernas es una postura que muchas personas adoptan de forma automática en diversas situaciones: al sentarse en una silla, en el sofá, en el escritorio o durante reuniones largas. Aunque puede parecer cómoda y elegante, es importante tener en cuenta que esta posición puede tener efectos negativos en la salud si se mantiene de manera constante y prolongada.

Uno de los principales riesgos asociados con cruzar las piernas es el impacto que puede tener en la circulación sanguínea. Al cruzar las piernas, se comprime la arteria femoral, que es una de las principales arterias que transporta sangre hacia las piernas. Esta compresión puede dificultar el flujo sanguíneo y provocar problemas de circulación, especialmente en las extremidades inferiores.

La mala circulación sanguínea puede dar lugar a síntomas como hormigueo, entumecimiento y sensación de pesadez en las piernas. En casos más graves, puede contribuir al desarrollo de venas varicosas o agravar problemas preexistentes como la insuficiencia venosa.

Otro aspecto a considerar es el impacto en la columna y la postura corporal. Cruzar las piernas puede provocar un desequilibrio en la pelvis y la columna vertebral, lo que puede derivar en molestias en la zona lumbar y problemas de espalda a largo plazo.

Además, mantener una postura cruzada de manera constante puede afectar a los nervios peroneos, lo que puede resultar en parestesia o "piernas dormidas". Esto ocurre cuando la presión ejercida sobre los nervios interrumpe temporalmente la sensibilidad y el movimiento de las piernas.

Es importante tener en cuenta que el impacto negativo de cruzar las piernas puede variar según la edad y la condición física de cada individuo. Sin embargo, como medida preventiva y para mantener una buena salud postural, es recomendable evitar cruzar las piernas durante largos períodos de tiempo y mantener una postura más neutral y cómoda al sentarse.

En su lugar, se aconseja mantener los pies apoyados en el suelo o en un reposapiés, las rodillas en línea con las caderas y la espalda bien apoyada en el respaldo de la silla. Realizar pausas y estiramientos cada cierto tiempo también es beneficioso para prevenir la rigidez muscular y mejorar la circulación.