Argentina enfrenta una crítica epidemia de dengue, la peor en su historia, con cifras alarmantes que evidencian la magnitud del problema: 180.529 casos registrados, 398 de ellos clasificados como graves y 129 fatales. Este escenario pone de manifiesto la urgencia de implementar medidas efectivas para combatir esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Una de las estrategias clave en la lucha contra el dengue es la eliminación de criaderos de mosquitos, que implica la destrucción de lugares donde los mosquitos ponen sus huevos, como recipientes con agua estancada. Sin embargo, ante la severidad de la epidemia, esta medida por sí sola parece insuficiente.
En un giro hacia soluciones más permanentes y abarcadoras, tres jurisdicciones argentinas —Misiones, Salta y Corrientes— han tomado la iniciativa de adquirir vacunas contra el dengue. Misiones y Salta ya han comenzado sus campañas de inmunización gratuitas en vacunatorios públicos, mientras que Corrientes está en proceso de adquisición, con planes de seguir el ejemplo de las otras dos.
La vacuna, aprobada por la ANMAT en abril del año anterior, requiere un esquema de dos dosis con un intervalo de tres meses entre cada una. A pesar de esta aprobación, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) mantiene una postura cautelosa, no recomendando su inclusión en los programas nacionales de inmunización debido a la necesidad de más evaluaciones sobre su seguridad y eficacia.
La decisión de estas jurisdicciones de avanzar con la vacunación se alinea con las recomendaciones de la OPS y el Ministerio de Salud de la Nación de considerar la implementación de la vacuna en áreas geográficas específicas, siempre y cuando se acompañe de medidas rigurosas para asegurar un seguimiento detallado de los resultados y efectos de la vacuna. Estas medidas incluyen garantizar que las comunidades y profesionales de la salud estén bien informados sobre los posibles beneficios y riesgos de la vacunación.
Mientras tanto, Santa Fe se encuentra en una fase evaluativa, aún sin tomar una decisión definitiva sobre la compra de la vacuna. Esta postura refleja la complejidad de las decisiones de salud pública, especialmente cuando se trata de introducir una nueva vacuna en medio de una epidemia sin precedentes.
La situación en Argentina subraya la importancia de la prevención y el control del dengue, así como la necesidad de encontrar un equilibrio entre medidas inmediatas y soluciones a largo plazo que incluyan la vacunación en áreas críticamente afectadas. A medida que más jurisdicciones consideren la introducción de la vacuna contra el dengue, será crucial monitorear los resultados y ajustar las estrategias de salud pública en consecuencia.
