EL BAJO CONSUMO DESACELERA EL PRECIO DE LA CARNE

La inflación en Argentina continúa siendo un tema de preocupación, y se espera que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) anuncie una tasa de inflación superior al 10% para el mes de agosto. Uno de los factores que contribuyó significativamente a esta subida de precios es el aumento en el costo de la carne, que tiene un peso importante en la canasta de alimentos de los argentinos.

Durante las primeras semanas de agosto, los distintos cortes de carne experimentaron fuertes aumentos de precio, agravados por la devaluación del peso argentino después de las elecciones primarias (PASO). Esta situación impactó en el índice general de inflación debido a la importancia de la carne en la dieta de la población.

Sin embargo, en las últimas semanas, se ha observado una desaceleración en el alza de los precios de la carne, e incluso se han reportado reducciones en los valores exhibidos en los mostradores de algunas carnicerías. Esta tendencia a la desaceleración se debe en parte a una marcada caída en la demanda de carne, producto de la subida de precios anterior. A pesar de la disminución en los precios, el consumo no ha repuntado significativamente.

Según los expertos, esta situación podría mantenerse al menos hasta los primeros días de octubre, siempre y cuando se registren lluvias adecuadas que generen pasto para el ganado. Esto podría llevar a que los productores retengan la hacienda para obtener ganancias a través de un engorde más económico, lo que podría resultar en un aumento de precios en octubre.

En resumen, la subida de precios de la carne tuvo un fuerte impacto en la inflación en Argentina en agosto. Aunque se ha observado una desaceleración en los precios de la carne en las últimas semanas, la situación económica sigue siendo desafiante en el país sudamericano. La evolución de los precios de la carne y su impacto en el consumo serán temas a seguir de cerca en los próximos meses.