Tras dos semanas de descenso continuo, el río Paraná presenta un alentador panorama en la ciudad de Santa Fe y sus alrededores. Esta noticia es un respiro para los residentes que experimentaron complicaciones en áreas ribereñas como Alto Verde, La Vuelta del Paraguayo y de La Costa.
A mediados de octubre, el río comenzó a crecer de manera significativa, pasando de 2,50 metros a 3,26 metros en tan solo dos semanas. El incremento persistió durante noviembre, alcanzando rápidamente los cuatro metros en el puerto local y tocando los cinco metros a principios de diciembre. Este aumento llevó al río Paraná a situarse en nivel de alerta en Santa Fe el 8 de diciembre, marcando un hito después de un prolongado período de sequía y bajantes.
El punto más crítico se registró el 20 de diciembre, cuando el hidrómetro del puerto marcó el pico de la crecida, alcanzando los 5,45 metros. Desde entonces, la tendencia ha sido descendente, generando un alivio para las comunidades afectadas.
Este descenso progresivo ofrece un respiro a los residentes ribereños y brinda la oportunidad de iniciar procesos de recuperación en las zonas afectadas. Sin embargo, es esencial que las autoridades y la población permanezcan alerta, monitoreando de cerca cualquier cambio en las condiciones del río y tomando las precauciones necesarias.
El ciclo natural del río Paraná, con sus crecidas y descensos, resalta la importancia de la gestión integral de los recursos hídricos y la planificación para mitigar los impactos en las comunidades ribereñas. Este episodio destaca la necesidad continua de estrategias resilientes frente a las variaciones del nivel del agua, enfocadas en la seguridad y el bienestar de la población local.