LAS ÚLTIMAS LLUVIAS TRAJERON ALGO DE ALIVIO PERO LA SEQUÍA CONTINÚA

La falta de lluvia sigue siendo un desafío importante, y el impacto en la producción agrícola es innegable, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La sequía que afecta a la zona agrícola núcleo de Argentina ha causado preocupación en el sector agrícola y ha tenido un impacto significativo en los cultivos. Sin embargo, recientes precipitaciones han proporcionado un respiro parcial, aunque se limitaron a un radio de aproximadamente 80 kilómetros alrededor de Rosario, según la Bolsa de Comercio de dicha ciudad.

Las lluvias beneficiaron principalmente a las áreas cercanas a Rosario, incluyendo localidades como Álvarez, Pujato, Santa Teresa y Bigand, que recibieron cantidades significativas de agua. Esto ha impulsado la recuperación de los cultivos de trigo y ha permitido la posibilidad de aumentar la siembra temprana de maíz en esas áreas.

Sin embargo, el alivio no se extendió a toda la región. En el noroeste de la provincia de Buenos Aires y el sureste de Santa Fe, las precipitaciones oscilaron entre 15 y 25 milímetros, mientras que en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, el oeste de Santa Fe y gran parte de Córdoba, los volúmenes de lluvia fueron inferiores a los 10 milímetros.

A pesar de este respiro para algunas áreas, la situación sigue siendo preocupante en gran parte de la región núcleo. Según la BCR, aproximadamente la mitad de los cultivos de trigo en la región se encuentran en condiciones regulares o malas.

Un informe previo de la BCR ya había alertado sobre las pérdidas masivas en los cultivos de trigo debido a la falta de lluvia. De un millón de hectáreas sembradas en la región, 400,000 hectáreas se encontraban en condiciones regulares, 100,000 en condiciones malas y en algunas áreas se habían visto los primeros lotes pastoreados.

Los pronósticos señalaban rendimientos bajos de 5 a 15 quintales por hectárea en las áreas más afectadas. La sequía continúa siendo un desafío importante para los agricultores en la región, y las esperanzas se centran en la posibilidad de futuras lluvias para aliviar la situación y permitir una recuperación significativa de los cultivos.