QUÉ DICE EL NUEVO CÓDIGO PENAL SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

La reforma del Código Penal de 2024 representa un cambio profundo en la manera en que el sistema judicial argentino aborda la violencia de género. En un contexto histórico de creciente sensibilización sobre la igualdad de género y la protección de los derechos de las mujeres, esta actualización legislativa marca un hito en la lucha contra la violencia de género.

CAMBIOS CLAVE EN LA LEGISLACIÓN

Hasta principios del siglo XX, la protección de las mujeres en el Código Penal de 1921 no era un tema prioritario en el ámbito legislativo. Las normativas de la época se enfocaban más en cuestiones generales de violencia familiar, sin una protección específica y robusta para las mujeres. No fue sino hasta el aumento de pena por secuestro y la eliminación del concepto de “mujer honesta” que se empezaron a realizar modificaciones significativas en la legislación argentina, reflejando un cambio en la percepción social del rol de la mujer.

El cambio más significativo llegó en 1993, cuando la Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos definió la violencia contra la mujer como cualquier acto de fuerza o coacción destinado a perpetuar relaciones desiguales entre hombres y mujeres. Posteriormente, la Asamblea General de la ONU y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing corroboraron que la violencia de género es una manifestación de la desigualdad de poder históricamente establecida entre los géneros.

NUEVAS MEDIDAS EN EL CÓDIGO PENAL

El nuevo Código Penal, a través de la Comisión de Reforma del Código Penal del 2024, introduce varias medidas importantes para la protección de las mujeres:

1. Seguimiento Socio Judicial: Esta herramienta permite imponer medidas de vigilancia y asistencia a los condenados por delitos de violencia de género, integridad sexual y homicidios agravados, incluso después de cumplir la pena de prisión.

2. Restricciones a la Libertad Condicional: Se limita la posibilidad de acceder a la libertad condicional para delitos cometidos con violencia que hayan causado graves daños o la muerte, y en casos de abuso sexual agravado.

3. Pautas de Determinación de la Pena: El nuevo Código establece que los delitos de violencia de género serán considerados como circunstancias agravantes, obligando a los jueces a aplicar penas en el tercio superior de la escala penal.

4. Limitación a los Criterios de Oportunidad: Los fiscales no podrán utilizar criterios de oportunidad en casos de violencia de género, asegurando que estos delitos no sean resueltos mediante conciliación.

5. Suspensión del Proceso a Prueba (Probation): Se otorga a las víctimas un rol activo en el proceso de probation, permitiendo una mayor participación en la administración de justicia.

6. Delito de Femicidio: El Código mantiene la pena de prisión perpetua para quienes asesinen a una mujer en un contexto de violencia de género, como ya se estableció en la Ley 26.791.

7. Pornovenganza y Violencia Obstétrica: Se introducen penas para la difusión no autorizada de material sexual y para tratamientos médicos no consentidos, considerados como violencia obstétrica. Las sanciones van desde prisión y multa hasta inhabilitación profesional.

IMPLICACIONES Y TRANSFORMACIONES

La reforma del Código Penal no solo representa una actualización legal, sino una transformación social profunda. Al redefinir el marco legal para proteger a las mujeres, la reforma busca erradicar la violencia de género desde todos los niveles de la sociedad, desde las instituciones gubernamentales hasta los hogares.

Mariano Hernán Borinsky, Presidente y juez de la Cámara Federal de Casación Penal y vicepresidente de la Comisión de Reforma del Código Penal, destaca que esta reforma es un paso crucial hacia una justicia penal más equitativa. Como experto en derecho penal, Borinsky resalta que la implementación efectiva de estas nuevas disposiciones será fundamental para garantizar una protección real y eficaz para las víctimas de violencia de género.

Con estas medidas, Argentina avanza hacia un sistema de justicia que no solo castiga, sino que también previene y protege, reflejando un compromiso renovado con la igualdad de género y los derechos humanos.