SAQUEOS, GOBIERNO NACIONAL DESCARTA VÍNCULOS CON POBREZA O MOTIVACIONES POLÍTICAS

Los saqueos a comercios que tuvieron lugar este fin de semana en las provincias de Neuquén, Mendoza y Córdoba llevaron a la Casa Rosada a contactar a las autoridades de dichas provincias para abordar la situación. El gobierno nacional, desde un principio, se apresuró en desvincular estos incidentes de la pobreza o posibles motivaciones políticas.

Altas fuentes oficiales subrayaron que estos incidentes fueron considerados "episodios de seguridad puntuales, organizados por bandas de delincuentes". El gobierno nacional descartó categóricamente la noción de saqueos vinculados a la pobreza o a impulso político. A pesar de esta posición, el presidente Alberto Fernández siguió el desarrollo de los eventos en colaboración con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa.

En un intento por mostrar empatía y solidaridad, el presidente Fernández se comunicó personalmente con una de las comerciantes afectadas en Río Cuarto, Córdoba. La mujer sufrió un robo en banda cuando cerraba su despensa, y entre las pérdidas se encontraba la recaudación del día valuado en 250.000 pesos. El ministro de Seguridad también se puso en contacto con ella.

Sin embargo, el diputado Carlos Gutiérrez, del bloque Córdoba Federal vinculado al mandatario Juan Schiaretti, rechazó la comunicación entre la Casa Rosada y la Gobernación. Gutiérrez calificó la situación como "vergonzosa" y criticó la "oportunista y miserable" actitud del presidente y su ministro al comunicarse con una víctima de los saqueos. El diputado sostuvo que la crisis fue generada por las políticas ineficientes del gobierno.

Mientras tanto, fuentes del oficialismo enfatizaron que los incidentes no pueden ser considerados como saqueos. Argumentaron que muchos de los detenidos ya tenían antecedentes penales y que las investigaciones apuntan más hacia robos de la modalidad "piraña" que hacia saqueos por motivos políticos. Se subrayó que los lugares donde ocurrieron los incidentes no están relacionados con zonas de pobreza o desigualdad.

A pesar de los desacuerdos políticos y de interpretación, la prioridad parece ser asegurar que la situación de seguridad sea manejada y resuelta, y que se evite que los incidentes escalen en violencia o motiven una respuesta política más profunda.