SIGUE EL PARO TOTAL EN ROSARIO, NO HAY TRANSPORTE NI CLASES

En una Rosario que parece haber encontrado una "nueva normalidad" en el receso de sus actividades cotidianas y una movilidad urbana limitada, la ciudad se prepara para vivir otra jornada atípica marcada por el duelo y la inquietud ciudadana. El asesinato de Marcos Daloia, chofer de la Línea K, en un episodio de violencia en las calles de Méjico y Mendoza, ha catalizado no solo el dolor de una comunidad, sino también el reclamo urgente por seguridad y justicia.

La Unión Tranviarios Automotor (UTA) Rosario, en respuesta a esta tragedia, ha decidido mantener suspendido el servicio de colectivos urbanos e interurbanos hasta después del mediodía, una vez concluido el sepelio de Daloia. Esta medida refleja el profundo impacto del crimen en los trabajadores del sector y la solidaridad de la clase obrera ante el luto de uno de los suyos. Así, Rosario y el Gran Rosario experimentarán una pausa en su dinámica de transporte entre las 13 y las 14 horas, según estimaciones preliminares.

La violencia en Rosario, exacerbada por una epidemia de crímenes atroces, ha sumergido a la ciudad en un estado de emergencia que trasciende el ámbito del transporte. Las escuelas públicas han declarado un paro en respuesta a esta crisis de inseguridad, mientras que los colegios privados han optado por decisiones individuales respecto a su apertura. Además, sectores como los estacioneros, taxistas y remiseros han anunciado la suspensión de sus actividades durante el horario nocturno de 22 a 6, contemplando incluso la posibilidad de clausurar definitivamente el turno de noche, siguiendo un esquema similar al de las farmacias "de turno".

Este clima de zozobra no ha pasado inadvertido para las autoridades nacionales y provinciales, que han anunciado medidas enfocadas en el refuerzo de la seguridad. El despliegue de efectivos federales, cambios legislativos orientados a endurecer las penas contra el narcotráfico y una firme declaración de no retroceder ante la narcocriminalidad son parte de la respuesta institucional frente a una situación que ha desbordado los límites de lo tolerable.