DESDE HOY EL PRECIO DE LA YERBA MATE NO ESTARÁ REGULADO¿SE VIENEN MÁS AUMENTOS?

La industria de la yerba mate en Argentina se encuentra en un momento de cambio significativo este lunes, marcado por el inicio de la cosecha gruesa de la hoja verde y una transformación en el modelo de fijación de precios que ha prevalecido durante las últimas dos décadas. Tras 22 años de regulación, el sector enfrenta la desregulación de precios, un giro impulsado por un megadecreto del presidente Javier Milei, que ha eliminado la facultad del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) de establecer los valores de este producto esencial para los argentinos.

Este cambio no afecta únicamente el precio de la materia prima; también aumenta la presión sobre las industrias yerbateras para mantener las góndolas abastecidas con productos a precios accesibles. Históricamente, el control de precios por parte del gobierno obligó a las empresas a vender sus productos dentro de un marco de precios establecidos, lo que, según algunas opiniones, distorsionaba el mercado.

Con la desregulación, aproximadamente 12.000 pequeños productores se ven ahora frente a una decisión crítica: aceptar los precios ofrecidos por los compradores, que actualmente rondan los 370 pesos por kilo de hoja verde, o suspender la cosecha en espera de una mejora en las cotizaciones. Los productores aspiran a un precio de 500 pesos por kilo, evidenciando un marcado desacuerdo con las tarifas actuales y anticipando potenciales tensiones en el sector.

El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) emitido por Milei ha generado un amplio debate, siendo rechazado en el Senado y pendiente de revisión por la Cámara de Diputados. Sin embargo, la industria yerbatera ha optado por no solicitar un laudo sobre los precios a la Secretaría de Agricultura, como se hacía anteriormente, aceptando de facto el nuevo escenario de libre mercado.

Este escenario de libre mercado plantea desafíos y oportunidades para el sector. Por un lado, la flexibilidad en la fijación de precios podría incentivar una mayor eficiencia y competitividad entre los productores y las industrias. Por otro lado, existe la preocupación de que esta desregulación pueda llevar a una volatilidad en los precios de la yerba mate, afectando tanto a los productores, especialmente a los más pequeños y vulnerables, como a los consumidores finales