JUBILACIONES: EL PODER ADQUISITIVO RETROCEDIÓ A VALORES DE LA CRISIS DEL 2002

En el marco de la situación económica actual de Argentina, la jubilación mínima ha alcanzado en febrero un nivel de poder adquisitivo inferior al de la crisis de 2002, durante la época de la convertibilidad. Este retroceso en el poder de compra de los jubilados coincide con el anuncio del Gobierno sobre la obtención de un superávit fiscal en enero, un logro que, según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), se consiguió a costa de una disminución real en el gasto destinado a jubilaciones y pensiones.

La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) ha revelado datos que muestran cómo las partidas previsionales han sido clave para explicar el superávit alcanzado en el primer mes del año. De acuerdo con la OPC, el superávit financiero de enero fue un 77,2% real superior al del mismo mes del año anterior, mientras que el superávit primario (que excluye el pago de intereses de la deuda) experimentó un incremento del 105,2% en comparación con el año previo.

Este ajuste en las prestaciones sociales se ha visto reflejado en una contracción de los ingresos totales del 1,3% en términos interanuales, afectado principalmente por las significativas caídas en los recursos de la Seguridad Social (-26,5% año a año) y del Impuesto a las Ganancias (-40,3% año a año). A pesar de esto, ciertos incrementos en el Impuesto PAIS y en los Derechos de Exportación, impulsados por la mejora del tipo de cambio y cambios regulatorios, han contribuido parcialmente a compensar estas caídas.

Los gastos totales de la Administración Nacional vieron una reducción real del 11,9% en enero respecto al año anterior, con una disminución aún más pronunciada en los gastos primarios, que alcanzaron el 30,8%. Las jubilaciones y pensiones, los programas sociales y los gastos en personal fueron los sectores más afectados, registrando caídas del 32,5%, 59,6% y 18,0% respectivamente.

Esta situación pone de relieve el desafío que enfrenta el Gobierno argentino al tratar de equilibrar la necesidad de lograr la estabilidad fiscal con la imperiosa demanda de proteger el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables de la sociedad, en particular los jubilados y pensionados. La disminución en el gasto previsional no solo refleja las dificultades económicas actuales sino que también subraya la importancia de buscar estrategias sustentables a largo plazo que garanticen la seguridad social sin comprometer la salud fiscal del país.