LOS PELIGROS DEL MOHO, CÒMO AFECTA A LA SALUD Y CÒMO PREVENIR SU APARICIÒN

El moho es un tipo de hongo que se desarrolla en ambientes húmedos y con poca ventilación. Puede encontrarse en diferentes superficies, como paredes, techos, alfombras y muebles. Aunque el moho es un fenómeno natural y desempeña un papel importante en la descomposición de la materia orgánica, la exposición prolongada o intensa al moho puede tener efectos negativos en la salud.

1. Alergias: El moho produce esporas microscópicas que pueden ser inhaladas y desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas. Los síntomas comunes de las alergias al moho incluyen estornudos, picazón en los ojos, congestión nasal y erupciones cutáneas. Para aquellos que ya padecen alergias, como la rinitis alérgica o el asma, la exposición al moho puede agravar estos síntomas.

2. Problemas respiratorios: El moho también puede afectar negativamente el sistema respiratorio. La inhalación de esporas de moho puede irritar los pulmones y las vías respiratorias, lo que puede provocar tos, dificultad para respirar y exacerbación de enfermedades respiratorias crónicas, como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

3. Infecciones: Algunos tipos de moho pueden causar infecciones en personas con sistemas inmunológicos debilitados. Estas infecciones pueden afectar la piel, los pulmones y otros órganos, y pueden ser especialmente peligrosas en personas con enfermedades crónicas o en aquellos que han sido sometidos a trasplantes de órganos.

4. Síndrome del edificio enfermo: La exposición prolongada al moho en espacios cerrados y mal ventilados puede contribuir al desarrollo del llamado síndrome del edificio enfermo. Los síntomas de este síndrome pueden incluir fatiga, dolores de cabeza, irritación de los ojos, dificultades cognitivas y otros problemas de salud, que mejoran cuando las personas abandonan el edificio afectado.

Para prevenir los riesgos para la salud asociados al moho, es importante tomar medidas para controlar su aparición y crecimiento:

• Mantener los espacios secos y bien ventilados, especialmente en áreas propensas a la humedad, como baños, cocinas y sótanos.
• Reparar rápidamente cualquier filtración o fuente de humedad en la casa.
• Limpiar y secar adecuadamente las áreas afectadas por el agua o la humedad dentro de las 24-48 horas para evitar el crecimiento de moho.
• Utilizar deshumidificadores