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TRÁFICO DE COCAÍNA EN EL PUERTO DE VICENTIN: UNA RED NARCO OPERABA CON RUTINA Y PROTECCIÓN

20/05/2025 - 07:41

TRÁFICO DE COCAÍNA EN EL PUERTO DE VICENTIN: UNA RED NARCO OPERABA CON RUTINA Y PROTECCIÓN

“Relax, lo hacemos dos o tres veces por mes”, le dijeron al cocinero filipino del buque MV Ceci que hoy está implicado en uno de los escándalos más graves de narcotráfico que involucra a los puertos del Gran Rosario. La frase no fue dicha al pasar: representa el funcionamiento aceitado y aparentemente impune de una organización criminal que opera desde San Lorenzo, con posible connivencia de sectores de poder, en uno de los principales puertos agroexportadores del país: el puerto de Vicentin.

El caso estalló el pasado 30 de abril, cuando Prefectura y Aduana detectaron 470 kilos de cocaína escondidos bajo carne congelada en un refrigerador del buque amarrado en Vicentin. La droga fue encontrada tras la alerta del propio capitán del barco, lo que derivó en una inspección inmediata. El hallazgo encendió todas las alarmas.

Un cocinero humilde, una red poderosa

Jonathan Caputero, jefe de cocina filipino de poco más de 50 años, se convirtió en imputado colaborador. Su testimonio, brindado ante los fiscales federales Claudio Kishimoto y Matías Álvarez, dejó al descubierto una operación narco internacional que usa los puertos del cordón industrial santafesino como plataforma de salida habitual para cargamentos de droga.

Caputero declaró bajo juramento que fue contactado por una organización que le aseguró que los embarques ilegales eran habituales en San Lorenzo y que “no pasaba nada”. Según dijo, la droga encontrada no subió en San Lorenzo, sino en una parada previa en Montevideo, aunque los fiscales sospechan que esa versión busca desviar la atención de lo que realmente ocurre en territorio argentino.

El arrepentido explicó que lo habían presionado para facilitar un segundo embarque en el puerto de Vicentin, pero se negó por temor. Allí, una y otra vez, los contactos lo tranquilizaban: “Relax… en San Lorenzo esto es rutina”.

¿Un engranaje menor o un testigo clave?

Vestido con ropa sencilla, Caputero llegó a la audiencia con “una expresión de miedo”, según las fuentes judiciales. Vive en Manila con su esposa e hijos, y su perfil es el de un trabajador explotado, no el de un capo narco. Su teléfono ya está en manos de la Justicia y contiene mensajes clave con contactos de la organización, lo que puede abrir una nueva etapa de la investigación hacia los verdaderos responsables.

Vicentin, en el ojo de la tormenta

El buque cargaba 46.000 toneladas de pellets de girasol para exportar. El lugar donde se halló la cocaína no es casual: el puerto de Vicentin, emblema del agro argentino, ya ha sido cuestionado en otras causas por sus vínculos con el poder político y empresarial, especialmente tras el escándalo de su default multimillonario.

Que desde ese mismo puerto salga casi media tonelada de cocaína escondida pone bajo sospecha no sólo a la empresa, sino también a los sistemas de control, la seguridad portuaria y los mecanismos de fiscalización estatal.

“Es difícil creer que cargaron la droga en Montevideo y luego decidieron remontar el río lleno de controles hasta San Lorenzo. No tiene lógica. Todo indica que la operación se consolidó en territorio argentino”, afirman fuentes de la causa.

Una investigación que apenas comienza

Los fiscales ahora siguen el rastro de los mensajes para desarmar la red. Pero también deberán enfrentar un problema mayor: la posible complicidad de sectores que permiten que el narcotráfico opere con normalidad desde uno de los puertos más poderosos de la Argentina.

Este caso, que comenzó con una sospecha en un freezer, podría convertirse en una nueva prueba de que el narcotráfico ya no sólo se infiltra en las rutas o las villas, sino también en las grandes estructuras del comercio exterior.

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