DESPLOME HISTÓRICO DEL CONSUMO EN SUPERMERCADOS, LAS VENTAS CAYERON UN 25%

En un contexto económico marcado por la inflación de dos dígitos, las cadenas de supermercados en Argentina están experimentando una drástica reducción en el consumo, un fenómeno que refleja el impacto directo de las políticas macroeconómicas en la economía doméstica. Recientes datos divulgados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) arrojan luz sobre una situación cada vez más preocupante: una notable contracción en las ventas minoristas, especialmente pronunciada en el sector de alimentos y bebidas.

Según el informe de CAME, las ventas minoristas pymes registraron una alarmante caída del 25,5% anual durante el mes de febrero, señalando uno de los descensos más significativos de los últimos tiempos. No obstante, es en el rubro de Alimentos y Bebidas donde la situación se torna aún más crítica, con un desplome del 33,3%. Esta cifra no solo refleja la sensibilidad del sector frente a las variaciones económicas, sino también un cambio profundo en los hábitos de consumo de la población.

Los consumidores, enfrentados a un escenario de precios en constante ascenso, han comenzado a modificar sus patrones de compra en busca de alternativas más accesibles. La predilección por productos en oferta y el cambio hacia segundas y terceras marcas se han convertido en estrategias comunes para estirar el presupuesto mensual. En particular, el informe de CAME destaca el impacto severo en el consumo de bebidas, donde las gaseosas, jugos y aguas de primeras marcas han sido especialmente relegadas por los consumidores.

Además, la carne, otro de los pilares de la dieta local, ha visto cómo sus ventas se ven afectadas por el aumento de precios, aunque se señala que las ofertas puntuales suelen agotarse rápidamente, lo que indica una demanda reprimida lista para activarse ante la primera señal de precios accesibles.