ALERTA POR ARSÉNICO: QUÉ TECNOLOGÍAS SIRVEN Y CUÁLES NO PARA TOMAR AGUA SEGURA

La presencia de arsénico en el agua volvió a encender las alarmas en distintas provincias del país, incluida Santa Fe, donde se detectaron niveles elevados que transforman un acto cotidiano —beber agua— en un desafío sanitario. En medio de la preocupación, surge la pregunta clave: ¿qué filtros sirven de verdad para reducir este contaminante?

Lo que hasta hace unos años parecía un problema lejano hoy afecta a miles de familias que dependen de pozos, perforaciones o redes sin controles suficientes. Un estudio del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), basado en cientos de muestras de casi todas las provincias, reveló un panorama inquietante: millones de personas están expuestas a concentraciones de arsénico superiores a las recomendadas.

Un problema que nace del suelo argentino

El arsénico no proviene de industrias ni de contaminación reciente: está en la propia geología del país. Suelos sedimentarios, capas subterráneas y formaciones naturales liberaron el metaloide durante miles de años hasta llegar a los acuíferos que hoy abastecen a pueblos y ciudades.
Por eso aparece incluso en zonas rurales sin actividad industrial.

Qué filtros sirven y cuáles no

❌ Lo que NO funciona

Los filtros domésticos más comunes —como los de carbón activado— no eliminan arsénico. Sí reducen cloro, olores y pesticidas, pero no retienen metales pesados.

Esta limitación explica por qué muchos usuarios confían en equipos que, frente al arsénico, ofrecen protección parcial o directamente nula.

✔️ Lo que SÍ funciona

El toxicólogo Francisco Dadic (MN 125795), del Hospital Durand y Sanatorio Las Lomas, lo resume con claridad:

“Para quitar el arsénico del agua se requiere un procesamiento especial. No cualquier filtro convencional es útil. Pero sí existen tecnologías que ayudan a reducir la concentración”.

Entre ellas, las más recomendadas son:

1. Resina selectiva con óxido de hierro

Es la solución más difundida y aprobada por especialistas.
Actúa como una “esponja” con gran afinidad por el arsénico y permite removerlo de manera eficaz dentro de equipos domésticos.

2. Ósmosis inversa

Es el método más efectivo a nivel hogareño.
Utiliza una membrana ultrafina que permite el paso del agua pura y retiene hasta el 99,9% de los contaminantes, incluido el arsénico.

Muy usada en zonas críticas y también en plantas potabilizadoras.

Otros métodos útiles pero menos accesibles

Existen alternativas eficientes, aunque más complejas y costosas para uso doméstico:

• Coagulación + filtración: requiere químicos específicos y manejo técnico.

• Alúmina activada: funciona bien, pero depende del pH del agua.

• Intercambio iónico: apropiado cuando el agua presenta varios problemas simultáneos.

• Electrodiálisis: usada en entornos industriales por su alto costo operativo.

Aunque todos estos procesos ofrecen buenos resultados, su complejidad hace que la mayoría de las familias opte por ósmosis inversa o resinas de óxido de hierro, hoy las dos soluciones más confiables.