
Política
AUSENTISMO ELECTORAL: SANTA FE, ENTRE LAS TRES CIUDADES CON MENOR PARTICIPACIÓN DE TODA LA PROVINCIA
30/06/2025 - 09:26

Las elecciones generales del domingo en la provincia de Santa Fe dejaron un dato preocupante que atraviesa a todo el arco político: el ausentismo electoral fue notoriamente alto en buena parte de las ciudades cabecera de los 19 departamentos provinciales, incluyendo a algunas de las más populosas.
Uno de los casos más llamativos fue el de la propia ciudad capital, donde apenas votó el 46,47% del padrón electoral. La cifra está no solo por debajo del promedio provincial, sino que también posiciona a Santa Fe entre las tres ciudades con menor concurrencia a las urnas en toda la provincia.
Un ranking que preocupa
Según los datos oficiales, solo tres cabeceras departamentales lograron superar el 60% de participación:
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Melincué (Gral. López): 72,02%
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Sastre (San Martín): 63,35%
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San Lorenzo (San Lorenzo): 61,99%
En el otro extremo, además de Santa Fe, se ubicaron Reconquista (45,85%) y Vera (46,60%). La situación de Rosario también fue baja: 48,33%, lo que confirma que el fenómeno no es aislado, sino que se manifiesta con fuerza en centros urbanos de alto peso poblacional.
Solo seis de las 19 cabeceras superaron el 55% de participación, lo que marca un clima generalizado de apatía, influido por múltiples factores: desde la desconfianza hacia la clase política hasta la escasa competencia electoral en algunas jurisdicciones, donde hubo listas únicas o resultados previsibles que desalentaron la participación.
Una desconexión que interpela
La baja concurrencia a las urnas es un llamado de atención. Así lo expresó el propio gobernador Maximiliano Pullaro, quien señaló:
“La baja participación debe interpelarnos a todos: al gobierno, a los partidos políticos y a los militantes”.
El dato no puede pasar inadvertido: las instancias democráticas más cercanas —como las elecciones municipales o legislativas locales— son también las que muestran mayores niveles de abstención. Este fenómeno deja en evidencia una desconexión creciente entre la ciudadanía y la política, en un contexto donde el descrédito, el cansancio y la frustración superan a la voluntad de incidencia.
¿Qué se vota cuando no se vota?
Más allá de las estadísticas, el ausentismo también “vota” y transmite un mensaje contundente: algo está fallando en el vínculo entre representantes y representados. El desafío, entonces, no es solo técnico ni numérico. Es profundamente político y cultural: cómo recuperar la confianza, cómo volver a convocar al vecino, cómo lograr que la democracia vuelva a sentirse útil, cercana y necesaria.


